La cara oculta de los supermercados
Comparteixo amb vosaltres un article que he trobat a http://www.canalsolidario.org/ sobre el poder que tenen els supermercats. És una mica llarg però val la pena.
La cara oculta de los supermercados
Se produce, se distribuye y se come aquello que se considera más rentable, obviando la calidad de la alimentación. Los supermercados se han convertido en uno de los actores más significativos del proceso de globalización capitalista.
Esther Vivas/Público* (14/03/2009)
La gran distribución comercial (supermercados, hipermercados, cadenas de descuento) ha experimentado en los últimos años un fuerte proceso de expansión, crecimiento y concentración industrial. Las principales compañías de venta al detalle han entrado a formar parte del ranking de las mayores multinacionales del planeta y se han convertido en uno de los actores más significativos del proceso de globalización capitalista.Su aparición y desarrollo ha cambiado radicalmente nuestra manera de alimentarnos y de consumir, supeditando estas necesidades básicas a una lógica mercantil y a los intereses económicos de las grandes corporaciones del sector. Se produce, se distribuye y se come aquello que se considera más rentable, obviando la calidad de nuestra alimentación. Aditivos, colorantes y conservantes se han convertido en algo cotidiano en la elaboración de lo que comemos. En Estados Unidos, por ejemplo, debido a la generalización de la comida rápida, se calcula que cada ciudadano toma anualmente 52 quilos de aditivos, hecho que genera crecientes dosis de intolerancia y alergias. Lo publicitado como “natural” no tiene nada de ecológico y es resultado de procesos de transformación química. Nuestra alimentación, lejos de lo que producen los ciclos de cultivo tradicionales en el campo, acaba desembocando en una alimentación “desnaturalizada” y de laboratorio. ¿Sus consecuencias? Obesidad, desequilibrios alimentarios, colesterol, hipertensión... y los costes acaban siendo socializados y asumidos por la sanidad pública. Alimentos viajerosLos alimentos “viajeros” son otra cara del actual modelo de alimentación. La mayor parte de lo que comemos viaja entre 2.500 y 4.000 kilómetros antes de llegar a nuestra mesa, con el consiguiente impacto medioambiental, cuando, paradójicamente, estos mismos productos son elaborados a nivel local.
La energía utilizada para mandar unas lechugas de Almería a Holanda, por ejemplo, acaba siendo tres veces superior a la utilizada para cultivarlas. Nos encontramos ante un modelo productivo que induce a la uniformización y a la estandarización alimentaria, abandonando el cultivo de variedades autóctonas en favor de aquellas que tienen una mayor demanda por parte de la gran distribución, por sus características de color, tamaño, etc. Se trata de abaratar los costes de producción, aumentar el precio final del producto y conseguir el máximo beneficio económico. No en vano, según el sindicato agrario COAG, los precios en origen de los alimentos han llegado a multiplicarse hasta por once en destino, existiendo una diferencia media de 390% entre el precio en origen y el final. Más del 60% del beneficio para los distribuidores. Se calcula que más del 60% del beneficio del precio del producto va a parar a la gran distribución.
La situación de monopolio en el sector es total: cinco grandes cadenas de supermercados controlan la distribución de más de la mitad de los alimentos que se compran en el Estado español acaparando un total del 55% de la cuota de mercado. Si a éstas sumamos la distribución realizada por las dos principales centrales de compra mayoristas, llegamos a la conclusión de que solo siete empresas controlan el 75% de la distribución de alimentos. Esta misma dinámica se observa en muchos otros países de Europa. En Suecia, tres cadenas de supermercados tienen el 95,1% de la cuota de mercado; en Dinamarca tres compañías controlan el 63,8%; y en Bélgica, Austria y Francia unas pocas empresas dominan más del 50%.Una tendencia que se prevé aún mayor en los próximos años y que se visualiza muy claramente a partir de lo que se ha venido en llamar la “teoría del embudo”: millones de consumidores por un lado y miles de campesinos por el otro y tan solo unas pocas empresas controlan la cadena de distribución de alimentos.
En Europa, se contabilizan unos 160 millones de consumidores en un extremo de la cadena y unos tres millones de productores en el otro, en medio unas 110 centrales y grupos de compra controlan el sector. Este monopolio tiene graves consecuencias no solo en el agricultor y en el consumidor, sino también en el empleo, en el medio ambiente, en el comercio local, en el modelo de consumo.
Pero existen alternativas. En un planeta con recursos naturales finitos es imprescindible llevar a cabo un consumo responsable y consumir en función de lo que realmente necesitamos, combatiendo un consumismo excesivo, antiecológico y superfluo. En lo práctico, podemos abastecernos través de los circuitos cortos y de proximidad, en mercados locales, y participar, en la medida de las posibilidades, en cooperativas de consumidores de productos agroecológicos, cada vez más numerosas en todo el Estado, que funcionan a nivel barrial y que, a partir de un trabajo autogestionado, establecen relaciones de compra directa con los campesinos y productores de su entorno. Así mismo es necesario actuar colectivamente para establecer alianzas entre distintos sectores sociales afectados por este modelo de distribución comercial y por el impacto de la globalización capitalista: campesinos, trabajadores, consumidores, mujeres, inmigrantes, jóvenes... Un cambio de paradigma en la producción, la distribución y el consumo de alimentos solo será posible en un marco más amplio de transformación política, económica y social y para conseguirlo es fundamental el impulso de espacios de resistencia, transformación y movilización social.
5 comentaris:
Hola!!
L'article està molt bé, però el veig poc rigorós. Per exemple, parla de comprar aliments ecològics, no se quina definició preten donar-li a la paraula ecològica però sap que ha d'estar certificat per la Generalitat per ser ecològic? i sabeu lo complicat que és que un producte sigui realment ecològic? per exemple, si el pagès del teu costat fa servir productes fitosanitaris segurament la teva collita acabarà contaminada, ja que el vent els transportarà al teu camp. Ademés, ok, son molt més sans però.. estan a l'abast de tothom? el preu de la compra es pot arribar a duplicar o triplicar!!!
A mi em sembla que és molt important que tots siguem conscients que el que comprem al súper (que a tothom ens va bé perquè són més a prop i perquè allà ho tens tot i és més barat) té aquell preu i està al nostre abast per algun motiu. Jo crec que tenim tot el dret a tenir aquesta informació, a saber quin és el preu que cal pagar (la nostra salut!) perquè tinguem a l'abast tots aquests productes. Una altra cosa és que també valorem el que ens costaria (i no només econòmicament) podem tenir una alimentació més saludable. Igualment, crec que no és el mateix comprar la fruita o la verdura al súper que al mercat o en una cooperativa de consum.
Ara, és cert que, en el meu cas, continuo fent la compra majoritària al súper per raons òbvies de temps i de diners... (sobretot de temps, certament, perquè no m'importaria gastar-me una mica més si guanyo en qualitat i sobretot en salut!). D'aquesta manera, però, tots contribuïm que el cercle capitalista no es tanqui... Fotuts estem!
La meva pregunta és: quina diferència hi ha realment en comprar la fruita al super o al mercat? A nivell de salut dic.. no és per res però fan servir els mateixos fitosanitaris els uns que els altres. Comprar fruita catalana no és igual a més saludable!! sabeu que hi ha fitosanitaris que aquí son legals i a la resta d'Europa no pq es creu que poden ser cancerigens?
I pel que fa als "productes ecològics" no vol dir pagar una mica més sino que duplica o triplica la factura!! quanta gent s'ho pot permetre? no hauria d'estar a l'abast de tothom?
Doncs jo tenia entès que la fruita i les verdures al mercat eren molt més fresques que al súper. Però, si no és així, corregiu-me que potser estic equivocada. Sincerament, jo no miro l'origen de la fruita que compro. Si m'entra pels ulls, la compro. I no em semblen igual les pomes o els préssecs que compro al súper que les que alguna vegada he comprat al mercat. Però no sé quin n'era l'origen.
Sobre el fet que els productes ecològics siguin més cars, totalment d'acord: haurien de ser més assequibles. Però el fet que actualment siguin més cars no és motiu per no defensar que convindria que tots tinguéssim una alimentació més sana. De fet, si tothom en fos conscient, potser no serien un producte de "luxe" i acabaríem abaratint-los en aquesta absurda lògica de mercat.
Home.. els productes del mercat potser si que son més frescos, però tampoc acabo de veure-hi el que ja que alguns cops si t'hi fixes el productor (la marca) és la mateixa. Potser tb depen del mercat on es compri o del súper. La fruita jo no la compro ni al super ni al mercat sino a les fruiteries com superverd etc.. El problema de la producció ecològica és que per les seves característiques no pot ser intensiva i per tant mai es podria produïr per a molta gent. Conclusió: crec que mai serà a l'abast de tothom :(
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