Per tenir una idea de la situació.
Us passo un article sobre els abusos sexuals a adolescents a Guatemala. Us recomano que el llegiu, per saber en quin món vivim encara més i avui dia al segle XXI:
Esclavos sexuales en pleno siglo XXI
Breve
Reformas al Código Penal
Aspectos principales
• Crear la ley de explotación sexual y trata de personas.
• Equiparar los derechos de los varones a los de las mujeres.
• Crear el delito de producción, venta y consumo de pornografía infantil.
• Crear el delito de turismo sexual, vinculando a él a todos los integrantes de las redes.
• Enfocar la legislación en el cliente, para que cualquiera que tenga relaciones sexuales remunerados con menores sea juzgado.
• Que la víctima sea menor se considere como agravante en todos los delitos sexuales.
Unicef Justo Solórzano
“La explotación sexual comercial de niñas y niños es un fenómeno vinculado al crimen organizado, por eso no se tiene suficiente información sobre el fenómeno. Pero sí sabemos que los niños son engañados para someterlos a esclavitud sexual o se los graba para vender pornografía infantil”, afirmó Justo Solórzano, de Unicef. “Lamentablemente, este es un tema muy grave y con consecuencias dramáticas para los niños y niñas, al que no se le da la suficiente importancia”, añade.
Casa Alianza Claudia Rivera
“Es necesario que los niños, niñas y adolescentes víctimas de trata de personas tengan el tratamiento adecuado, con psicólogos y especialistas, para que se recuperen del daño sufrido”, afirmó Claudia Rivera, directora de Casa Alianza. “Nosotros intentamos que los jóvenes centroamericanos que son enviados por un juez a nuestra organización puedan volver a contactar con su familia, para que retornen lo antes posible a su país, pero algunas no quieren, porque han tenido problemas en sus hogares”, explica.
Experta Lidia Cacho
“Creo que este tema requiere de gran reflexión social, ya que es la propia población la que, con su silencio, se convierte en cómplice de las redes de explotación de menores”, comentó Lidia Cacho, periodista mexicana experta en investigaciones sobre trata de personas. “Hay que empezar a desenmascarar a los que están detrás de este negocio millonario y a los clientes, pues si no hubiera clientes, el negocio no sería rentable”, añadió. “Ningún menor de edad acepta conscientemente ser sometido a estos vejámenes”, puntualiza.
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Por lorena seijo
Renata* nació y creció en un pueblo indígena del occidente guatemalteco. No tuvo muchas oportunidades de estudiar, porque ella y sus 10 hermanos son de escasos recursos. A los 14 años comenzó a trabajar como empleada doméstica, pero solo ganaba Q250 al mes. Dos años después, una amiga la convenció de probar suerte en la capital, donde le pagarían mil 200. Tenía 16 años. Pero el empleo no le duró mucho tiempo, y tuvo que buscar trabajo en una cafetería del centro. Se sentía sola y perdida en la ciudad.
A la cafetería llegaba una mujer nicaragüense que, poco a poco, se fue ganando su confianza. “Me dijo que si necesitaba ayuda que la llamara por teléfono”, recuerda la adolescente.
El 25 de noviembre del 2007, la joven se peleó con sus compañeras de trabajo, por lo que decidió aceptar la ayuda ofrecida por la nicaragüense. La mujer la llevó a su casa, en la zona 12, y el 23 de enero del 2008 a Nicaragua para trabajar como doméstica.
“Ella me sacó una cédula falsa, porque yo no tenía”, cuenta Renata. Cuando llegaron a Nicaragua, ésta se dio cuenta de que las promesas de su supuesta amiga eran falsas. Nunca la llevó a trabajar a ninguna casa, sino que la hizo recorrer los bares de la costa, bailando y pidiendo dinero.
“Todo el dinero se lo tenía que dar a ella, y me reñía si no le pedía más a los clientes”, dice, sin detallar en qué consistían sus encuentros con los hombres. “Para que no pudiera escapar, me quitó la cédula”, añade y la obligaba a consumir alcohol y otro tipo de drogas.
Renata fue rescatada por la policía nicaragüense, y llevada a uno de los hogares de Casa Alianza. Esta joven declaró contra su explotadora en un juicio que se llevó en Nicaragua, antes de poder volver a su país. “No sé qué pasó con ella, pero le dieron permiso para irse a su casa mientras no se dictaba sentencia”, cuenta, un tanto decepcionada.
Este es un caso típico de trata de personas, en el que una menor de edad fue engañada, sacada de su país, retenida contra su voluntad y prostituida.
Según Claudia Rivera, directora de Casa Alianza, es poco común que las adolescentes sean llevadas hacia el sur para explotarlas, lo más habitual es que las trasladen a México.
La mitad de los niños y niñas que son explotados sexualmente en Guatemala, alrededor de unos 15 mil, son guatemaltecos, y la otra mitad procede de Honduras, Nicaragua o El Salvador. “Los convencen de que los van a pasar ilegalmente a los Estados Unidos o que aquí les van a conseguir un trabajo mejor, pero nunca es así”, afirma Rivera.
Según el informe “Explotación sexual comercial de niñas, niños y adolescentes en Guatemala”, elaborado por el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia del 2007, el sistema de explotación opera en diferentes locales (284), depende del tipo de cliente, y se da tanto en la capital como en áreas fronterizas y en lugares turísticos del país.
En la calle
Uno de los lugares más arriesgados para los menores de edad es la calle, en la que están a expensas del cliente. El adulto, que paga, maneja la situación desde su propio vehículo, elige las condiciones y el lugar en el que el niño o adolescente tiene que “cumplir con el servicio”. Es frecuente que algunos estén armados o bajo efecto de drogas.
“Hay clientes que son guaruras y andan con pistola. Cuando se dan esos casos uno no sabe si va a regresar con vida”, relata uno de los jóvenes.
Las áreas donde se desarrolla el comercio sexual de adolescentes hombres son la zona 1 y 12 de la capital, donde acuden hombres adultos, de entre 40 y 50 años, a solicitar los servicios de estos jóvenes de entre 13 y 19 años. La mayoría proceden del nororiente, de la costa sur y países centroamericanos. Muchos de ellos han llegado a la capital al huir de la intolerancia y la violencia intrafamiliar.
Los adolescentes travestis se sitúan en la zona 1 y en la zona 9, a partir de las 21 horas. Ellos son los que más sufren la violencia homofóbica. “A veces nos pasan disparando desde los carros, y hay policías que nos golpean”, cuenta uno de ellos. La mayoría de los clientes que acuden a contratarlos, en su cotidianidad, llevan vida de heterosexual.
Existe una nueva modalidad, destinada a hombres de negocios, funcionarios o turistas extranjeros, que es “los adolescentes por catálogo”. Las redes ofrecen un muestra de fotografías, a través de las que el cliente elige al joven, siempre sigiloso de la confidencialidad. Los adolescentes son llevados a hoteles o apartamentos, donde se dan fiestas privadas. Este servicio es más caro, pero le evita al explotador sexual exponerse públicamente.
Víctimas
La explotación de niñas y adolescentes tiene mayor aceptación social, por lo que normalmente ocurre en prostíbulos o negocios públicos. Las menores de edad están en concepto de servidumbre sexual, ya que el tratante las obliga a pagar el dinero que le costó comprarlas, la comida y el alojamiento.
Los mecanismos a través de los cuales captan a las jóvenes son variados. El más rudimentario es a través de conocidos o amigos que tienen relación con este mercado sexual, quienes, sin recibir nada a cambio, conectan a las niñas con estos grupos.
También existe un reclutamiento profesional o publicitario, que funciona a través de compañías ficticias, que contratan a supuestas edecanes, modelos o bailarinas.
La tercera forma, y la más dura es la explotación por parte de padres, madres u otro familiar. Finalmente entra en escena el proxeneta, quien en realidad tiene una relación sentimental con la menor de edad y vive del dinero que ésta le da.
Estas adolescentes son violadas, golpeadas y humilladas hasta límites insospechados, según sus testimonios.
Una joven de 15 años, quien fue entregada por su primo a un prostíbulo de Tecún Umán, San Marcos, cuando tenía 13, relata: “Cada día teníamos que ocuparnos hasta 10 veces. La dueña del local no nos dejaba salir de allí, y nos decía que había pagado mucho por nosotras. En el bar dormíamos, comíamos y nos daban la ropa. Ella anotaba todo en un libro, y decía que nos cobraba con lo que pagaban los clientes. Como éramos menores de edad, ella nos vendía como vírgenes. Pasaron nueve meses hasta que me dejó en libertad”.
Otra joven de Tiquisate, Escuintla, recuerda cómo a los 13 años la secuestraron y la encerraron en una habitación, donde un mujer la vendía a hombres. “De los golpes que me dieron me quedaron hasta cicatrices; la señora le decía a los hombres que hicieran conmigo lo que quisieran”.
La mayoría de las víctimas de estos abusos sienten vergüenza, tienen miedo de contarles a sus familias, han perdido su autoestima, han alterado su sistema de valores y tienen graves problemas para construir a futuro una relación de pareja sana.
Pornografía infantil
Muchos es estos niños y niñas son usados para hacer videos de pornografía infantil. Guatemala es un lugar ideal, ya que el delito de producción, distribución y consumo de pornografía infantil no está tipificado en el Código Penal guatemalteco, lo cual impide su persecución y convierte a los niños, niñas y adolescentes en víctimas potenciales.
La Fiscalía de Delitos contra la Propiedad Intelectual ha realizado allanamientos en los puestos de venta de la Sexta Avenida de la zona 1, para retirar del mercado los videos. Pero una vez más, la falta de leyes adecuadas impide que tanto los que la graban como quienes la venden, o los que la compran, sean procesados.
El único caso que ha llegado a sentencia es el que tuvo como protagonista a unas adolescentes de Jutiapa, que fueron grabadas cuando sostenían relaciones sexuales con adultos, y el material fue distribuido en ese departamento. Las protagonistas del video fueron expulsadas de su escuela, y el único detenido por el caso fue acusado de publicación de espectáculos obscenos, con una pena de entre tres y nueve años de prisión. Los otros cuatro acusados siguen prófugos.
Este año, un padre de familia presentó una denuncia en la Fiscalía de Sololá porque su hija había sido obligada a desnudarse, y varios hombres la habían fotografiado y grabado con un teléfono celular.
“La pornografía infantil es un fenómeno internacional, que se está dando en todos los países. La diferencia es que aquí no existe persecución; cualquiera puede grabar o tener un montón de videos en su casa, que no pasa nada”, se lamenta Carlos Menchú, consultor del Proyecto de Niñez y Adolescencia del Organismo Judicial. Algunos de los lugares donde se han detectado redes que venden pornografía infantil son Antigua Guatemala, Jutiapa y Escuintla.
Turismo sexual
Los niños también son usados para complacer las exigencias de los turistas. Se entiende como turismo sexual cuando una persona, ya sea en su país de origen o en otro, se hace pasar por turista, con el fin de explotar sexualmente a menores de edad. Este tipo de prácticas están tan organizadas que se ofrecen paquetes turísticos con este propósito.
Según se ha establecido, de manera internacional, turistas europeos y norteamericanos, principalmente, acuden a las agencias de viajes, para que les faciliten contactos con tratantes de personas en países donde los menores están muy desprotegidos, como Guatemala.
Según Mariela Marroquín, del Proyecto de Niñez y Adolescencia del Organismo Judicial, a través de las redes de apoyo que han formado en los departamentos han detectado que esa práctica es común en Antigua Guatemala, Panajachel, Lívingston y Escuintla.
En el caso de la Costa Sur e Izabal, la llegada de barcos con turistas facilita el contacto entre los extranjeros y grupos locales, que en seguida les ofrecen los “servicios” de las y los adolescentes.
Otra de las modalidades detectadas es la llegada de grupos de ejecutivos al país con la excusa de una convención o reunión anual, y que en los mismos hoteles contactan con las personas que, hasta por catálogo, les ofrecen el servicio de prostitución.
Mientras el Gobierno y los diputados en el Congreso no hagan nada, Guatemala seguirá siendo un paraíso para los pederastas y los explotadores de menores, y lo peor de todo es que la salud mental de los menores se verá gravemente afectada, y con ello el futuro del país.
L'article està extret de Prensa libre, que no és precisament un diari d'esquerres a Guatemala.
4 comentaris:
Em recorda a l'explotació sexual a Tailàndia. Tb em va colpir molt.
Te blanc, estàs perduda... suposo que estàs estudiant, oi?
Sort!
Hola!! estudiant.. no gens :( però estic amb altres temilles personals que em prenen més energia de la que m'agradaria.
Molts interessants els teus últims post del viatge. Tinc ganes de llegir-ne més coses. Ptns :**
Ui, espero que aquests temes no siguin res dolent... Ja en parlarem. Quan tingui un moment, penjaré més coses sobre el viatge, que tinc un munt de què parlar...
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