dimecres, 20 de febrer del 2008

Juan de Caramuel - Erudit Oblidat -


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Madrid, 23 de mayo de 1606Vigevano, Lombardía, 8 de septiembre de 1682), filósofo, matemático, lógico y lingüista español.

De ascendencia bohemia y de inteligencia superdotada, a los doce años componía tablas astronómicas. Estudió Humanidades y Filosofía en la Universidad de Alcalá, donde fraguó una gran amistad con Juan Eusebio Nieremberg, e ingresó en la Orden Cisterciense en el Monasterio de la Espina (cerca de Medina de Rioseco, Valladolid); se formó en filosofía en el monasterio de Monte de Rama, Orense, y en teología en el de Santa María del Destierro en Salamanca. Amante de las lenguas, llegó a dominar y hablar una veintena. Fue profesor de su orden en los colegios de Alcalá y Palazuelos, (Valladolid); viajó a Portugal, y a Bélgica en 1632. Se doctoró en teología en Lovaina (1638) y escribió dos años más tarde un Augustinus contra las doctrinas jansenistas, si bien no llegó a terminar ese opúsculo. Fue abad en Escocia y vicario general de la Orden en Inglaterra; en 1647 se trasladó a Praga, donde fue abad durante diez años. También fue obispo coadjutor en Maguncia y agente del rey de España en Bohemia. Se trasladó luego a Roma, donde obtuvo el favor del papa Alejandro VII, quien le nombró obispo en Campagna (Nápoles) y Vigevano (cerca de Milán), donde murió.
Mantuvo activa relación epistolar con los eruditos más célebres de su época: los filósofos René Descartes y Pierre Gassendi; el polígrafo jesuita Athanasius Kircher; el capuchino y astrónomo checo Anton Maria Schyrlaeus von Rheita, el médico bohemio Johannes Marcus Marci, el luego papa Alejandro VII Fabio Chigi, que fue un gran admirador suyo, entre muchos otros.
Caramuel rechaza la escolástica (quernea et rustica, la llamó) en la que se ha educado e intenta abrir otras vías; no rechaza las novedades y anuncia a los novatores de la primera Ilustración española. Por eso se rebeló contra la autoridad de Aristóteles y adoptó, por ejemplo, el mecanicismo cartesiano y la teoría física del atomismo. En teología fue molinista y en moral probabilista.
Nada escapó a su curiosidad, por su espíritu enciclopédico ha llegado a llamársele el Leibniz español.
Fue ante todo un generalista y nunca abordó un tema, cualquiera que este fuese, sin replantearse sus fundamentos teóricos desde todas las perspectivas posibles.
La obra de Caramuel fue cuantiosa, variada y dispersa (se le atribuyen doscientos sesenta y dos títulos, entre ellos sesenta impresos).

1 comentari:

Astrid ha dit...

Talladet , què és el que et va cridar l'atenció de Juan de Caramuel?